22 de abril de 2007

DE COPAS



Ayer quede con un amigo para tomar algo, quedamos a la 1,30 de la madrugada, no entiendo porque salimos cada vez más tarde.

Claro que es inevitable, sales más pronto y no hay nadie en ningún sitio, y eso significa que tienes que estar perdiendo el tiempo en tu casa, hasta la hora de salir.

Y digo yo, como que todos pensamos en no ser los primeros en ningún sitio, no podíamos ponernos de acuerdo y quedar antes.

Llegamos todos al mismo tiempo y esta todo tan repleto que para llegar a la barra, tienes que hacer verdaderos malabarismos, entre empujones, pisotones, roces...

Luego viene cuando por ir al baño, que tienes que hacer media hora de cola, o por otra cosa, pierdes a tu amigo, por más que miras y miras, no lo ves, y encima si eres medio miope como yo, menos. Se te ocurre la idea de llamarlo al móvil, pero claro, entre la música y la gente no lo oye.

O sea, que hasta que lo encuentras te pasas la mitad de la noche sola, y quitándote pesados de encima, que otra de mis virtudes es que se me pegan los pesados, tengo como un imán para eso, el Tío bueno de la sala no, el pesado sí.

A veces me dan ganas de quedarme en casa, ponerme el pijama, ver una película e inflarme de palomitas.

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